lunes, 19 de noviembre de 2007

(Esteban Goleman)

un enorme lago de pájaros heridos
me acobija en la rabia
de los verbos añejados en la soledad
un cielo azul desprecio
como un manto de reptiles
me acribilla por volar sin brújula
a la claridad que persigo como presa,
a la tierra bondadosa
que grita con fervor mi regreso,
búsqueda furtiva de los tesoros
que esconden los pueblos que me habitan
¿Cuándo mi viaje
a la luz de las pupilas de mi Dios?

jueves, 8 de noviembre de 2007

Imagino,
mariposa atrapada en
el recuerdo del viento,
imagino mi rostro
en el principio del tiempo,
aún sin ser yo.
Imagino las hojas
que serán transitadas ahora por mí.
Mariposa dibujada
en un viejo papel.
Imagino los azules
que vuelan entre los cerros
vuelo blanco,
vuelo, mariposa muda de madera
entre los silencios del mundo.

sábado, 3 de noviembre de 2007

(Esteban Goleman)

cose mis sombras
amplias ganas de salir juntos
a la tierra del azul más sincero
gélido suspiro de nuestras bocas a la intemperie


cose mis sombras
e invade el pequeño espacio de las flores
con ropaje de árboles
sin tanto miedo a la confesión
y a la apertura de las alas

domingo, 21 de octubre de 2007

Duda

Duda


¿Que pasa en el mudo rencor de tu sonrisa?

Velada por el blanco silencio de la penumbra del día

Puerta cerrada en el abismo de la declinante memoria

Interrogante surgida por la duda de un amenazante quizás

Regreso como gota sin fin abriendo un surco en la menguante fe

Congelada por la incertidumbre de un destino al que no se puede renunciar

martes, 11 de septiembre de 2007

Nos dormimos

Nos dormimos,
pesados los párpados caen
sobre una plaza afilada.
Huyen las últimas imágenes
del mundo, sombras salidas
del alma de las cosas,
rutina de las cuerdas de
un hemisferio y de otro,
acuarelas estancadas
en una vertiente oblicua,
surcos de los médanos
esculpidos en un vientre.
El sueño de los hombres
es la vigilia de Dios,
es la tortura de los insomnes,
el himno de las guitarras,
la melodía de los cuarzos,
las grietas del infierno
que se abren con nuestras pesadillas,
acordes de los ángeles de iglesia
endurecidos por las plegarias
de las velas apagadas.
Es de noche,
nos dormimos
y desfilamos
con nuestro cuerpo descubierto
frente a algunos ojos
que palpitan en las almohadas
de los desamparados.

M.J.E.P.

lunes, 3 de septiembre de 2007







Mosqueta


Hoy es otra la mar

hembra
con su ola respingona
embarazada
del aire
secreto
en la mosqueta salvaje
de su carne

en su voz de agua fuera del pez

...


Magnolias

Fue una iluminada

antes de ella
él
no sabía de la hermosura del espacio dentro de sí
ni de su propio cuerpo
menos
de los muros de su habitación
antiquísimos de magnolias

la sueña inocente
y
naranja
como una hembra de alcatraz
que sola habita el ocaso

...



Vendimia


Pequeño sobre la frente del ave

inhumado al fin de sus labios

aurora roja
del tiempo
sin ella para resucitar

descubrió
que la adoraba
como la virgen del beso en medio del cielo
sagrado del tiempo

...



Candor



Camino del horizonte
que no existe

ella se aleja de nadie
entre las trepadoras
del gigante
secreto
de fuego

confidente de su cintura
en la sal de sus ojos









MPL

viernes, 31 de agosto de 2007

castigo del cielo

Espiritualidad en nupcias con el poder terrenal
Cuerpos muertos en la batalla del pecado
Victoria siniestra con las armas del temor eterno
Abertura de la cicatriz en las cunetas del alma
Acumulada prosperidad con simbología del martirio
Vuelo de la urraca sobre los fieles incapaces de volar
Prédica de la tierra ganada al mar de la desconcertante angustia

Sermón de espanto vociferado por ratas y alacranes
Cuervos con sotanas como viudas deseosas de quitarse el luto
Buitres en búsqueda infinita de nueva carroña
Negación de la voluntad de placer de los siervos
Alianza cadavérica con los dueños del mundo
Promesa incumplida de paraísos inexistentes
Ataques por la retaguardia de la existencia
Amenazas con el castigo del Apocalipsis

Cuerpos ennegrecidos por la sangre acumulada de los tiempos
Piedra en movimiento lanzada entre los árboles de la esperanza
Aullido de intrigante sentencia gritada con tenebrosa ternura
El cielo vació sus aguas por nuestra rebeldía con lo establecido

José Antonio Barrios